febrero 16, 2010 | By: Sabrina Knight

Mirada

- ¿Qué te parece? - Preguntó Zack emocionado en el estacionamiento. Estaba acompañado de Daniel, quien miraba fascinado a su amigo.

- No puedo creer que lo hayas comprado - Daniel se acercó al Falcon de su amigo y lo inspeccionó.

- Año 61, color original, un cambio de motor, pero todo lo demás es original. - Abrió la puerta del coche - bueno, no tiene estéreo y sus velocidades vienen en el volante, pero ya me acostumbraré. Este bebé necesita unos retoques, pero es todo.

- ¡Vaya! Pues felicidades - dijo honestamente su amigo dándole una palmada en la espalda - cuando me marcaste hasta Argentina, no pensé que lo fueras a hacer.

- Cuando digo las cosas, las cumplo.

- Lo sé. Bueno, tengo que irme a entrenamiento de tenis. ¿Quieres venir?

- No, hoy tengo que terminar un plano que había dejado pendiente.

- ¿El del Jardín ecológico? - Zack asintió - pero ese nos lo dejaron la semana pasada.

- Y es para mañana, así que debo apurarme.- sacó un tubo de planos del coche.

- ¿Y vas a estar muy ocupado?

- Tal vez - cerró su automóvil y ambos se encaminaron fuera del estacionamiento - estaré en la biblioteca ¿Quieres algo?

- No, sólo que... - se quedó pensando - Si no te busco después ¿Está bien?

Zack asintió y se despidió de su amigo pues se fue de largo mientras que él bajó las escaleras.

La biblioteca se encontraba justo en el centro de la escuela, junto al edificio de gobierno, no muy lejos del estacionamiento. Pero sí tenía que pasar junto a unas bancas que estaban frente a unos puestos de comida. Ahí vio sentada a Romina.

Se quiso detener, ir con ella y hablarle. Ella, siempre tan bella, con esos ojos que lo cautivaban de tan forma que lo idiotizaba.

Pero no, tenía cosas que hacer.

Romina volteó, lo miró y lo saludó de lejos con una tierna sonrisa. Zack respondió de la misma forma y se siguió caminando. Sintió que Romina, la hermana de su mejor amiga y tal vez la única chica que se percataba de su existencia, lo siguió con la mirada.

Zack dio un fuerte suspiro. Esa mirada y ese saludo le habían hecho el día. Ahora podía hacer su tarea con ganas.

Bueno, al menos más de las que tenía al inicio.

0 comentarios:

Publicar un comentario