mayo 31, 2010 | By: Lizzye

Reacciones reflejo

Daniel se quedó perdido mirando a Nicole y todo aconteció en sólo ráfagas de segundos. La pelota se desvió directamente hacia Zac. Nicole reaccionó inmediatamente por instinto y velocidad reflejo. Sin siquiera pensarlo cuando vio de reojo que la pelota golpeó a Zac que estaba tirado en las gradas corrió hasta allí. Llegó en una fracción de segundo a su lado.

-¿Estás bien?-dijo al oido de Zac quien permanecia con los ojos cerrados sujetandose fuertemente la cabeza.

-Sobrevivire...
-susurro de este. Nicole ese tranquilizó y calló en cuenta de la estúpidez que había hecho.

En menos de una fracción volvió de vuelta al mismo lugar en el qeu se encontraba antes de correr. Estaba segura que nadie se había percatado de que Zac estaba tirado en las gradas. No hasta ahora que estaba de vuelta en el mismo lugar y que Daniel corría a ayudar a su amigo. Nicole aprovechó que todo mundo volteaba a ver las caras de terror de de Daniel y porque eran ocasionadas para irse.

Caminó rápido hasta su auto. Azotó la puerta sentandosé frente al volante. ¡Que idiotez había cometido! ¡eres una tonta! ¿qué te ha pasado? ¿porqué lo hicisite? ¡la identidad! pensaba sin parar. Todo lo había mandado al caño por sus estupidos reflejos y por quién, por un idiota don nadie que nisiquiera valía la pena voltear a mirar, que sin ningun sentido llamaba tanto su atención por el misterio que lo envolvía y porque aparte de ella nadie más notaba su presencia.

Respiró profundo. Ahora iba tener que borrar más de una mente si era necesario. No que le costara hacerlo pero estaba perpleja por haber hecho lo que hizo, por preocuparse por ese don nadie, ella que nnunca se preocupaba por nadie más que ella. Echar todo en saco roto por él.

Arancó en seco el motor y se perdio en la inmensidad del bosque apra sacar ese espiritu salvaje que dormia dentro. pateo y derribó arboles estaba molesta por la estúpidez que habia cometido. Le iba a tocar revisar las mentes de los presentes, borrar pero no dejaba de pensar en el malito porqué aunque en el fondo y aunque lo comenzara a detestar tanto se preguntaba si en verdad el estaría bien.

Arrancó un árbol de raíz mucho más furiosa que antes.
mayo 30, 2010 | By: Sabrina Knight

Sonrisa

Era que quizás Zack le estaba dando más importancia de la que debía, pero había ocasiones en las que tenía la sensación de poder saber dónde estaba la dichosa Nicole. Y es que tampoco se la podía sacar de la cabeza gracias a que Daniel se la pasaba todo tiempo hablando de ella. Y es que Daniel no podía encontrarla por más que la buscara, incluso se había saltado unas clases para buscarla, algo imperdonable en él, pero ella lo valía.

- ¿Seguro que no quieres intentar jugar? - preguntó Daniel a Zack algunos días después de haber encontrado a Nicole y a Romina en el tablero de ajedrez.
- Bastante seguro - respondió sin dudar - ¿Quieres que sea el blanco de todas las pelotas de tenis? No, gracias.
- No seas exagerado. Es más, te vendría bien un poco de ejercicio.
- El ejercicio que mejor se me da es el de espectador - Daniel lo malmiró - de verdad, sufres y te desgastas casi igual que los jugadores.


Daniel sólo pudo negar con la cabeza y dejar de insistir. Cada quien tomo su camino: Zack a las gradas y Daniel a la cancha.

Aquí nos dividiremos un poco. Primero iremos con Daniel, experto jugador de tenis, popular alumno y además galante joven. Para él las canchas de tenis eran su segundo lugar de seguridad (el primero era su automovil) sabía que muchas personas lo miraban, pero tenía tanta seguridad y amor al juego que las personas eran lo de menos para él. Cada movimiento, cada golpe y cada grito era una descarga que a él le generaba una impresionante cantidad de adrenalina a la que sabía era adicto.

Podía estar en las canchas todo el día jugando y Daniel no pararía hasta acabar con cada contrincante que se le presentara.

Daniel no tenía que hacer ningún esfuerzo para que la gente lo viera y le aplaudiera, de hecho podía escuchar algunas veces (cuando iba a tomar agua) los murmullos de las chicas que sólo iban a verlo, o la de los chicos que lo admiraban y otros que lo odiaban. Eso para él era lo más satisfactorio. Jamás le había gustado admitir que su hermana y él compartían ese placer al ego tan elevado, les gustaba la admiración, la fama, la belleza que provocaban y por nada del mundo podía perderlo.

Pero para Zack las cosas eran diferentes. Zack siempre había sido más introvertido, nada ni nadie le había hecho algún mal en su vida como para tomar esa actitud. De hecho él mismo sabía que necesitaba ser alguien más que el chico "haste a un lado" sin nombre, sin identidad, nadie. Porque Zack sabía muy bien que ese era su lugar, el de un nadie.


No sabía cómo había pasado que cada que quería sobresalir algo sucedia, lo que fuera, para que no sucediera. Nadie pordía verlo, nadie. La amistad con los demás niños era un lujo que pocas veces se podía dar, pero sin que él mismo supiera cómo la gente se empezaba a olvidar de él y pronto volvía a ser lo que era al inicio: nadie.


Por eso, mientras Daniel hacía gala de su presencia, él hacía luz de lo que le gustaba hacer: dibujar. No era el mejor de todos, lo admitía, pero le gustaba mucho tomar un lapiz, su cuaderno de borradores y dejar fluir un poco de lo que sentía. Sólo Romina y Daniel habían visto sus dibujos y les habían gustado, pero fuera de ellos no podía mostrarselos a nadie más. Zack decia ser demasiado perfeccionista para mostrarlos, aunque la realidad era que le daba miedo la critica de terceros. Sin embargo nadie volteaba a verlo, es más, no tenía que preocuparse por eso, pero solía sentir tanta inseguridad que prefería aislarse en gradas vacias.

Así que cuando entró Nicole a la cancha, ninguno de los dos se dio cuenta de su presencia, cada quien estaba concentrado en lo suyo.

Sin embargo, mientras Zack terminaba con las lineas faltantes a su dibujo, una imagen apareció en la hoja, como si se tratara de un lago tan cristalino que sólo podía provocar que quien se acercara se reflejara ahí. Era ella. Alzó la vista tan rápido como pudo pero no la vio tan cerca como para darle credito a lo que vio. Ella estaba justo del lado contrario de la cancha, entre el mar de chicas. Zack bajó la mirada para ver de nuevo su dibujo, pero ya no se veía ella. Volvió a mirarla completamente perplejo. Ella sonreía ¿le sonreiría a él?

Daniel estaba discutiendose el set a casi un empate indiscutible. Pero un empate era algo que no permitiría. Respiró profundamente, cerró los ojos y vio la jugada en su mente, sabía dónde lanzar la pelota dentro de la cancha, y que su oponente jamás alcanzaría. Abrió los ojos y miró enfrente: ahí estaba ella entre el grupo de admiradoras. Lo había ido a ver. Se quedó petrificado, sabía que lo iba a ver a él, no había otra explicación. Ella sonrió ¿le sonreiría a él?
Lo que pasó después fue demasiado rápido. Daniel lanzó la pelota, pero falló, el tiro no se acercó a la cancha, ni al oponente. La pelota rápida que lanzó fue a dar a las gradas hasta perderse en la frente de alguien que, sin querer, fue nockeado. Ahora Zack estaba tirado en las gradas con un golpe que le hizo perder la conciencia.

Y es que a pesar de eso, ninguno de los dos dejaba de pensar que ella les había sonreido.
mayo 24, 2010 | By: Lizzye

Interesante

No era nada fácil acoplarse a un estado de vida tan aburrido como este, haciendo lo mismo todos los días. Ir a la escuela, fingir poner atención, ser apreciada por todos, buscada por la mirada de chicos y chicas, envidiada y admirada por tantos más.

Respecto a teatro Nicole tenía flojera de ir a visitar al profesor para recibir la noticia tal como lo había leído en los pensamientos de la tal Romina el papel no se lo daría a la primera, aun siendo merecedora de él por el simple hecho de que le daba miedo el fracaso, algo de lo que se arrepentiría sólo él y bueno ya le fastidiaría la existencia a esa chica cuando tuviera ganas, priemro tenía que poner atención en asuntos importantes.

Cómo quien valía y quien no la pena, candidatos para una rica cena. La sed comenzaba a amenazar cada día un poco más, y debía de tener listas las opciones.

Sólo se topo una vez más con el tipo x que tanto fastidiaba por sólo existir. Lo vio unos segundos mientras se dirigía distraídamente hacia su auto. Molesta arrancó en seco para que no se percatara.

Respecto a Daniel lo evitó para hacerse mucho más interesante. No era muy dificil leer sus pensamientos y su aroma se captaba fácilmente así que bastaba con darse una vuelta en el pasillo contrario. Él estaba trabando planes pero no le resultaban, se sentía un poco frustrado.

Un día mientras caminaba por las canchas escuchó la emoción de varias chicas que no paraban de hablar, gritar, manotear y suspirar por alguien mirando a su al rededor. En el fondo pudo ver a Daniel jugando apasionadamente tenis, traía un uniforme color azul que simplemente exaltaba sus musculos y hacia que el color de sus ojos resaltara. En realidad era guapo mucho más guapo de lo que se había percatado en algo tenían razón esas humanas como el nadie en la escuela.

Y ahora mismo estaba pensando, guapo, popular e inteligente tal vez lo que necesitaba en su vida para conformar la pareja del colegio que todos idolatrarían. Además la envidiarian más, le gustaba eso y otros la respetarían más y él, ahora le parecía mucho mejor partido, en algo debia influir ese uniforme y ese entusiasmo en su mirada al practicar su deporte favorito.

Sonrió y caminó más cerca de donde se desarrollaba el juego simplemente quería mirar ¡Guapo! sintió una mirada en ella. No quería voltear porque comenzaba a imaginarse de quien era. Miró de reojo y se topo con esos ojos verdes intrigantes. Molesta continuó observando el partido pero sabía que X continuaba allí eso la incomodaba.

Nicole se dio cuenta que Daniel se percato de su presencia y le dedicó una sonrisa.
mayo 17, 2010 | By: Sabrina Knight

Soberbia

Dejó al maestro hecho un paño de lágrimas, agradecido mil veces por ayudarlo a no cometer un gran error. Romina para ese momento hizo que su celular sonará y le hicera recordar al maestro que aun tenía clases pendientes.

Se despidió con una sonrisa tímida y modesta, pero en cuanto cruzó la puerta cambió radicalmente. Ese sujeto le había hecho perder mucho tiempo, al menos no fue completamente en vano.

Sacó su celular de nuevo y miró la llamada perdida de Estefanía. Aun no tenía ganas de contestarle, estaba molesta por decir que estaba celosa de esa estúpida rubia ¿pero quién se creía Estefanía como para decirle eso?

Romina caminó los pasillos sin dejar de poner atención al celular, sin embargo algo le hizo voltear y encontrar a la Rubia caminando.

Tenía dos opciones: seguir caminando como si nada e ignorarla por completo, o acercarse y saber contra quien estaba enfrentándose.

- A los amigos cerca, pero a los enemigos aun más... - murmuró para ella misma al mismo tiempo que cerraba la tapa de su celular y ponía su mejor cara para acercarse a ella.

Nadie le iba a quitar lo que era suyo.

Para su sorpresa fue la misma Nicole quien dio el primer paso.

- Ciao.
- Hola - sonrió abiertamente. - eres la famosa chica nueva que cautivo a todos con su presentación - Nicole asintió.
- Demasiado informada - Romina se acercó caminando al enorme tablero de ajedrez - siento que tu visita no es mera curiosidad quieres decirme algo más ¿no es así?
- Exactamente - dijo Romina claramente sorprendida - si me lo permites me gustaría una pequeña charla de chicas contigo.
- Encantada - dijo y se sentaron allí.

A Romina le empezaron a correr las palabras que le diría a Nicole, no necesitaba ser demasiado directa en cuanto a lo que pensaba de ella y que ella no sería una víctima fácil. Tampoco podía decirle que no intentara si quiera hacerse notar más de lo que ya hacía. ¿Entonces qué diría?

La mirada de Nicole se había perdido en uno de los edificios, Romina siguió la mirada y encontró a Daniel y a Zack mirándolas, bajó la mirada ignorándolos, pero se dio cuenta que Nicole retuvo la mirada arriba un segundo más.

- ¿Los conoces? - preguntó.
- Sólo a uno de ellos, Daniel, tu hermano.

Romina frunció el ceño y sonrió de nuevo sorprendida.

- Parece que tu también estás demasiado informada. - Nicole giró los ojos sin hacer ningún gesto. - Supongo entonces que ya sabes quién soy y que está de más las presentaciones formales ¿no es así? - Nicole asintió - ¿Sabes? Te escuché ayer en el auditorio, tu presentación fue genial, no pensé que alguien con tanto talento se presentara en esta escuela.
- Sólo hice lo mejor que pude.
- Eso se notó - sonrió - de hecho, me encantaría volverte a escuchar, quizás compartamos escenario.
- Probablemente, casi estoy segura - también sonrió, sólo que esta vez Romina sintió que su sonrisa era algo más reveladora. Como si sospechara que Romina le había robado el estelar.

Por primera vez sintió inseguridad, algo no le parecía bien.

- Pues entonces deberíamos juntarnos más seguido ¿En qué carrera estas?
- Supongo que ya lo sabes - era verdad, lo sabía. Tenía razón en saber que Romina ya lo sabía, había sido todo tan sonado respecto a ella que estaba de más. Romina sonrió tratando de aguantar lo mal que le caía tanta soberbia de Nicole.
- Sí, lo siento, sólo quería hacer plática. Tal vez encontrar un punto en el que coincidamos para poder ser "amigas". ¿Sabes? Me gustaría poder ser amiga de alguien tan talentosa.
- Tal vez podamos serlo.
- Ojalá sea más que un tal vez.

Nicole sonrió y se levantó. Romina la miró sorprendida ¿Quién le había dado permiso para levantarse antes que ella?

- Fue un placer Romina, espero nos podamos ver de nuevo.
- Nos veremos en teatro. - aseveró - será un placer tenerte de compañera.
- Sí... - lo pensó - un placer. Hasta pronto. - le dio la espalda y se fue caminando entre el tablero.

Romina tuvo que aguantar el coraje que le provocaba esa mujer. Era peor de lo que imaginaba. sio un suspiro burlón, ya pronto vería que las cosas no serían como Nicole lo esperaba. La universidad era su territorio, su espacio y no estaba dispuesta a compartirlo.
mayo 11, 2010 | By: Sabrina Knight

Prioridades

De hecho Daniel también había estado en camino para ir a su salón, sin embargo la escena que presenciaba había detenido su andar. No era raro encontrar a su hermana socializando con la gente, pero después de la discusión que habían tenido y de todo lo que había provocado esa chica, simplemente no podía entender cómo es que Romina estuviera platicando con la misma Nicole.

Sin que se diera cuenta, su amigo le estaba haciendo compañía y también contemplaba la inexplicable escena. Zack había estado tan preocupado por Romina y ahora ella estaba sonriendo a lado de la rubia.


Simplemente ninguno de los dos se lo explicaba.

Daniel bajó miró a su amigo. Zack y él se hablaron sin decir una sola palabra, tenían que bajar inmediatamente, tenían que saber qué pasaba y evitar que Romina le sacara los ojos a Nicole.

- ¡Daniel! ¿A dónde va jovencito? - Ambos se tuvieron que detener de golpe, el profesor acababa de llegar en el momento menos oportuno. La mente de Daniel se bloqueó, no sabía qué excusa inventar. Así que Zack fue el que tomó la palabra.

- Ah, profesor, es que tenemos que bajar para...
- ¿Quieren escapar e irse de pinta? - interrumpió a Zack, y ambos negaron rotundamente - bueno, sólo les advierto que una falta y los veré un año más en la misma clase - el profesor se hizo a un lado y continuó su rumbo al salón.

Zack y Daniel se miraron analizando el asunto. Zack estaba dispuesto a faltar, no le importaba tanto la clase, pero a Daniel sí, no podía tener una mancha en su pulcro expediente. Suspiró tratando de calmarse. No podía hacer nada por Nicole y Romina, debía tener prioridades y sabía que la escuela era la primera.

- ¿Vas a ir con ellas? - preguntó Daniel
- ¿Tú no?
- No puedo - bajó la mirada haciendo berrinche a su modo - eso fue una amenaza y no puedo arriesgarme.
- ¿Seguro?
- No tengo de otra - Daniel frunció el ceño - ¿Tú?

Zack lo pensó. En primera instancia hubiera dicho que sí se iba y ya hubiera estado con esas dos chicas evitando la sangre entre ellas, pero Daniel era su amigo y no podía abandonarlo... aunque fuera una tonta clase.

- Vamos a clase antes de que el viejo ese nos regañe.

Daniel suspiró de alivio. No podía aguantar irse solo con la preocupación. Pero tampoco iba a dejar que Zack supiera todo antes que él. Sabía que Zack sólo tenía ojos para su hermana, pero por alguna razón no quería que Zack estuviera con Nicole.

El embrujo de los celos.
mayo 08, 2010 | By: Lizzye

"La reina" entre miradas

La mirada continuaba en su mente. El choqué, la canción y sentirse nerviosa ante esa mirada... y el brillar de las estrellas no ayudaba en nada.
Decidió tomar un baño, tal vez relajando su cuerpo un poco más lograría sacar todas las ideas de su cabeza.

Llenó la tina de espuma, esencias y burbujas. Se reconstó y se dejo ir.¨Pensaba en los rostros de todas esas personas y como la miraban fascinados.Todos inmutados ante su hermosura tan natual y tan simple como era para ellos respirar, era contemplarla y desearla.

Aun recordaba lo que pensaban: ¡Estupenda! ¡la mejor!. ¡por fin alguien nuevo! ¡es tan sexy! estaba disfrutandolo el espectaculo. Entonces la mirada la interrupción y el sentirse tan bien al cantar esas palabras, como si algo dentro de ella transmitiera sentimientos más grandes y especiales.

La escuela estaría a sus pies mucho más rápido de lo que se le habría ocurrido pensar. Y eso la motivaba. Tomo un vestido blanco de su armario de corte no demasiado glamuroso, un abrigo, sandalias de tirantes, soltó su pelo, un poco de perfume, brillo en labios y nada más que su simple perfeción se encargaba de todo lo demás. Era justo el ángel por el que todos esos estudiantes serían capacez de hacer cualquier cosa por tan solo obtener una mirada, una sonrisa.

Tomó su Aston martin y llegó rápidamente al colegio. Buscó un lugar en el estacionamiento e inevitablemente se detuvo justo en el mismo espacio en el que vió por primera vez al tipo x. Azotó la puerta de su auto molesta al descubrir que de reiojó había buscado rápidamente su presencia.

-¡Tonterías, estás demente!-se reprendió acomodandose sus gafas y su bolso caminó como una modelo de pasarela sin hacer el menor esfuerzo..

Las personas que estaban no paraban de verla y compararla con ese ángel tal cual ella había pensado. La adoraban, amaban y hasta odiaban, pero ese pensamiento en el aire, seguido de un aroma de perfume elegante llamó su atención ¡No me va aquitar nada de lo que es mio!

No hacia falta mirar a la chica para saber que seguramente era la próxima exgobernante del lugar, que veía a Nicole la invasora que llegaba a terminar con su reinado.

-Ciao-sonrió Nicole mientras volteó a contemplar como la chica no paraba de mirarla y criticar cada uno de sus actos en la mente.

-Hola, la famosa chica nueva que cautivo a todos con su presentación-estaba afirmando con una voz que a Nicole le pareció tan chillona e insoportable apesar de que era agradable a ella no le gustaba nada.

-Demasiado informada-miró hacia una banca que estaba cerca del gran tablero de ajedrez sonrió al notar lo gracioso del asunto-siento que tu visita no es mera curiosidad quieres decirme algo más ¿no es así?

-Exactamente, si me lo permites me gustaría una pequeña charla de chicas contigo.

-Encantada-dijo y se sentaron allí. De algo estaba segura Nicole por mucha sed que tuviera jamás bebería una gota de ésta extraña desconocida que tan mala espina le causaba.

El silencio se hizo presente unos instantes. La chica de grandes ojos pensaba que decir a Nicole, estaba revuelta su cabeza con como sería mejor empezar esta charla, Nicole espero pasiente, aun pensando en lo curioso de sentir que ambas reinas estaban en un tablero de ajedrez. Lo que no Sabía la chica de junto era que Nicole no era cualquier oponente.

Sintió una mirada muy penetrante sobre ellas disimuladamente volteó. Era el chico valiente que se había atrevido a invitarla sobre todos los demás a conocer la escuela, solo que la mirada, se estremeció al mirar justo a un lado del chico castaño al verdadero causante de esa mirada era el tipo X. Se quedaron viendo y los pensamientos de su acompañante desaparecieron. Seguía mirando a ese chico sin siqueira saber porqué.