febrero 23, 2010 | By: Lizzye

Arquitecto de la vida

Hora y media antes de su horario habitual para levantarse Daniel saltó de su cama sin darle mucha importancia a la pequeña llovizna que caía fuera. Sabia que dependía solo de él construir el mejor día de su vida, además pasaría su tarde con la hermosa Nicole y precisamente eso fue lo que desató su nerviosismo y lo hizo levantarse antes de tiempo. Se dirigió a sus aparatos de gimnasio.

Le encantaban las mañanas en las que amanecía con tanta energía y estar ahora mismo haciendo ejercicio pensando en lo sensacional que volvería este día era mucho mejor. Estaba planeando la manera ideal de sorprenderla, no versé tan lanzado para no espantarla pero tampoco pasar desapercibido. Era sabedor de la enorme presencia que tenía, ser deportista era parte de su popularidad y del porque varias chicas andaban tras de él. No le gustaba alardear de ello y ahora en especifico había una sola que deseaba lo notara y en la que quería enfocar sus energías.

Terminó con su rutina de ejercicio, se dio un baño y arregló un poco más. Desayuno ligero y sin esperar a su hermana se despidió con un beso rápido de su madre y con un fuerte apretón de su padre. Ellos estaban felices de notarlo tan animado.

En una esquina una señora le ofreció rosas, claro sencilla y lo haría notarse mas, compró una se dirigió a la universidad. La mañana transcurrió lentamente, sin embargo ansioso espero segundo a segundo que caminara el reloj para correr al sitio donde la vio por primera vez.

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