julio 24, 2014 | By: Lizzye

¿Y si robo tus primeras veces?

Era la primera vez en una eternidad que sonreía de esa forma. Las palabras pronunciadas por Zack pesé a su sencillez serían conservadas para toda su inmortalidad, después de todo era el primero que le presentaba al tan dichoso sentimiento llamado felicidad. Cerró los ojos para grabar en su mente el sonido de su voz, sin evitar sonreír.

Nadie le iba a robar este momento. Ni siquiera la llamada de Daniel que estaba comenzando a distraer la atención de su amigo. Sin pensarlo dos veces quizo alejarlo mientras se recordó que tendría que comprar un teléfono para recompensar el hecho, pero ahora solo importaban ellos.


Le daba ternura que Zack pareciera aun un niño que tenía que pedir permiso, así que antes de salir le dedicó una nota a la tía de Zack.

Querida:

Espero perdones la urgencia de la salida. Todo está bien, no te preocupes. Ha surgido algo inesperado que me ha puesto los nervios de punta. Vine a buscarte para pedir tu consejo y al no encontrarte tu sobrino amablemente decidió ayudarme. Caballerosamente me ofrecio su ayuda sin darme si quiera la oportunidad a negarme. Después de todo creo que puede ser una persona tan encantadora como tú.

Prometo cuidarlo y explicarte todo cuando volvamos. Solo no te preocupes, sabes que tiendo a exagerar un poco. Llamaríamos pero la comunicación fallaen el lugar. I'm sorry darling!

Besos Nicole Benette


Salió de un brinco a su balcón, revolvió el armario en sólo 2 minutos, se cambio de ropa , termino su maleta, y cuando regresó habían pasado 5 minutos que le parecieron eternos.

Corrió al gargage, encendió el auto y comenzó a esperarlo temiendo que él no apareciera. Los temores desaparecieron en cuanto miró su calida sonrisa.

No podía evitar mirarlo por el retrovisor y desear escuchar su voz mientras conducía. La única idea que flotaba en su cabeza era disfrutar de esos días. El futuro ya lo arreglaría luego.

- Ahora que lo reflexionó ya se porque tienes miedo de esté secuestro - dijo sospechosamente, Zack la miró sorprendido - con lo tímido que eres seguramente piensas que puedo robar tu pureza y virginidad - Zack se puso sonrojado en tan solo un instante. Nicole tuvo que disimular una sonrisa ocasionada por su semblante- Podemos volver y...

-¡Estas loca!- dijo efusivamente- No, yo no soy... digo, no se puede robar a los expertos - Nicole había dado en el clavo, pero le gustaba la manera de tratar de salir del embrolló que tenia.

-¿Entonces me estás diciéndo que no eres el chico dulce, tierno caballeroso y teto que siempre he creído?

-Te sorprenderías ¡eh! - trago saliva nervioso, pensando sus palabras - No es por presumir, pero la compañía en turno siempre me felicita, diciendo que amantes como yo ya no se fabrican - Nicole miró hacia un lado de la autopista por la que ahora transitaban para darse tiempo a disimular las carcajadas. Detuvo la marcha del auto y apagó las luces para aprovechar la luz de la luna.

-¿Entonces me saqué la lotería? Para qué ir más lejos. Volvamos a casa.

-¿Qué? ¡No! Yo no quiero volver

-O pensándolo bien- ella giró en el asiento para colocarse frente a él sobre sus piernas- ¿Para qué esperar? - dijo besándolo para que él no notará las sonrisas.

- Este... Nick... Yo...

-¿Ajá?- continuó dándole pequeños besos.

- Es que... Lo que pasa es que... No sé como explicarte- ella definitivamente amaba su cara al tratar de encontrar justificaciones.

-¿Si?

-Lo... Lo siento... Olvide traer protección.

-Una lastima. Moría por comprobar la teoría. No queda mas que continuar, pero no te preocupes en el lugar al que nos dirigimos seguro hay, así que... Vámonos- dijo aun riendo mientras regresaba a su lugar y arrancaba el auto.

La intensa escarlata no abandonó su rostro en todo el camino, sin embargo ella escuchaba el palpitar ansioso de su corazón, y esa linda tonada la animaba a seguir con la broma.

-Bienvenido a mi rincón secreto - dijo señalando la hermosa cabaña que se situaba cerca del lago - cada vez que necesito pensar algo vengo aquí sola - bajaron del auto y ella lo tomó de la mano - las estrellas y la luna son buenas consejeras y el lago se lleva todos los pesares mientras que el viento compone melodías con las palabras que le dices. Por un momento Nicole puso una mirada reflexiva, nostálgica, humana. De pronto volvió - ven, te voy a enseñar.

Nicole corrió a la orilla del lago, no sin antes haberse quitado los zapatos y correr descalza. Zack la seguía, aunque no le dio tiempo de hacer lo mismo que ella. Entonces Nicole tomó aire y gritó a todo pulmón:

- ¡Pase lo que pase, él es sólo mío y yo solo soy suya!

Zack sonrió con un suspiro atorado en su respirar, una emoción tan grande, que sólo pudo tomar a la chica y volverla a besar con intensidad, con una emoción que no sabía que tenía guardada en su pecho, oeri que se sentía que estuvo ahí siempre.

-Te prometo que pensaré unas buenas frases que gritarle al lago...

- Tonto - murmuró ella mientras continuaban con la sesión de besos que poco a poco estaban comenzando a subir de intensidad. - ¿Sabes? Deberíamos continuar con el pendiente del auto. Ya mañana te mostraré el lugar - lo fue jalando hacia la cabaña que estaba a un lado de la orilla. Una parte de ella quería continuar con la broma, sabía que Zack no podría continuar contra ella.

Entraron a la cabaña, una estancia pequeña, pero acogedora, llena de detalles finos y de buen gusto. Parecía una extensión de la habitación de Nicole, pero forrado de madera y una pequeña chimenea.

- Podría encender la chimenea para que nuestra escena se vea mas apasionada- agregó para continuar la broma. Sin embargo los instintos de Zack ya no estaban pensado en bromas, ni en más besos, quería probar su piel.

-Tengo una mejor idea ¿ Dónde está la habitación?

-¿Qué?-comenzó a temblar ante la mención, su juego se le había revertido- A... Arriba...

-Pues vamos- él sujetó su mano mientras ascendían. Ella intentó desesperadamente repeler todo lo que estaba sintiendo y tratar de leer sus pensamientos pero, como siempre, fue inútil. Zack logró sentir el nerviosismo de ella, su pánico, descubrió que ella no estaba lista. Algo en su cabeza le dijo que no podía hacer algo que ella no quisiera... aunque su instinto le decía que lo hiciera.

- ¿Y bien?- ahora él sonreía, pero Nicole estaba petrificada. Su cabeza ganó, no sin antes decidir que le pagaría lo que le hizo en el auto - es la hora- se arrojó en la cama- ven aquí...

Nicole se paralizó, y comenzó a actuar en automático. Zack se veía tan seguro de lo que estaba haciendo que comenzó a dudar por la posibilidad de que sus respuesta fueran ciertas. Logró recostarse dándole la espalda. Él se acerco hacia ella abrazándola e impidiéndole con ello la movilidad.

-Estoy tan cansado que hoy solo quiero dormir así. - le susurró al oido - Quiero saber mañana cuando abra los ojos que sigues a mi lado, que esto no fue sólo un sueño.

Nicole sonrió, se dio la vuelta para mirarlo a los ojos y darle un beso ligero en los labios.

-Por hoy te dejó ganar, aunque... - le quitó el cabello del rostro - mañana y siempre seguiré aquí.

Le dio otro beso corto y se dejó perder en su abrazo entre sueños.
julio 23, 2014 | By: Sabrina Knight

Capítulo 8. Secuestro

Suspiró con tanta fuerza. Aspiró el oxígeno que tanto le hacía falta para llenar sus pulmones.

Abrió los ojos mirando el techo de aquella habitación forrada de madera. Las paredes rústicas con pinturas falsas que la adornaban tenían cierto encanto, un encanto que jamás había podido imaginar de una litografía de Van Gogh.

Volvió a suspirar mientras cerraba los ojos. Ese olor lo estaba invadiendo más y más. No, no era sólo la madera, ni siquiera el aire fresco del bosque que los rodeaba fuera de la cabaña, no, era mucho más que sólo eso.

- ¡Buenos días! - dijo la voz de la mujer más bella que había amanecido jamás a su lado.
- ¡Buenos días Nicole! - la miró sonreír a lo que le respondió de la misma forma. - ¿Todo bien?
- Nada podría ser mejor...

Dos días antes.

De pronto los dos se encontraban sentados en el balcón, abrazados y mirando el cielo. Fue como si todo el fuego y pasión tomara un descanso y los dejara pensar un poco sobre lo que estaba sucediendo.

- ¿Qué piensas? - preguntó Nicole a lo que Zack sólo se encogió de hombros.
- No lo sé.
- ¿No sabes qué piensas? Eso es ridículo.

Zack sonrió y le dio un beso en la mejilla.

- No pienso en nada, de verdad.

Nicole lo miró dudando, se separó y se puso de pie dejando a Zack en el mismo lugar.

- ¿De verdad no piensas en nada?

Zack frunció el ceño y se puso de pie junto con ella.

- ¿Qué tendría que pensar?
- No sé, en que... - pero en realidad ella tampoco sabía qué decir. - no sé, puedes pensar muchas cosas. Por ejemplo que soy muy bonita.
- Eso siempre lo pienso. - Se acercó y le dio otro beso en la mejilla seguido de un ligero rose de labios. - La verdad es que no pienso en nada porque estoy muy en paz contigo. Es la primera vez que no me torturan los pensamientos, sólo... sólo estoy viviendo el momento, contigo.

Nicole sintió sonrosarse, cambió de lado la mirada hacia el cielo, justo para que Zack no notara que le encantaban sus palabras.

- De cualquier forma deberías pensar que soy bonita.

El chico se acercó a ella y la abrazó por la espalda colocando su barbilla en el hombro de la rubia.

- Eres la mujer más hermosa que he conocido.

Nicole cerró los ojos sonriendo. Era como si esas palabras las hubiera escuchado antes. Mucho tiempo antes.

En ese momento sonó el teléfono celular de Zack, despertándolo de sus pensamientos. Estaba a punto de tomarlo cuando Nicole lo sacó antes de su bolsillo, y sin ver quién lo buscaba simplemente lo quebró. Zack la miró impresionado y sin entender lo que había pasado.

- ¡Estas cosas son de plástico! - se justificó y se lo dio partido en dos.
- Aun no terminaba de pagarlo... - dijo con pena, Nicole lo miró y se rió con mucha fuerza.
- Eres un idiota. ¿Por qué sufres por un celular?
- No es que sufra - mintió para no verse mal - pero era casi nuevo y... tampoco vi quién me llamaba.
- ¿Y acaso importa? ¿Te interesa más saber quien llamaba a estar conmigo?
- No, no es eso... Es que no sé si era importante.
- ¿Importante? Muy bien, pues investígalo entonces.

Nicole caminó hacia su balcón, pero Zack la detuvo y la jaló hacia él.

- No, tranquila. Es que... de verdad aun no termino de pagarlo - dijo con mucha pena, a lo que Nicole volvió a reír, le dio un beso en los labios y aun con su frente pegada a la de él volvió a sonreír.
- Eres un tonto.

Y olvidando el tema se volvieron a abrazar.

Sin embargo Nicole sí había podido ver quien hablaba a Zack y sabía que lo que estaba viviendo no quería que fuera interrumpido.

- Tengo una idea. - Zack se desconcertó - ¿Está tu tía?
- ¿Mi tía?
- Sí, ¿está en casa?
- No ¿Qué necesitas de ella?
- ¿Crees que se preocupe por ti si te desapareces dos días?
- ¿Desaparecer dos días?
- Anda, ¿Crees que le preocupe?
- Bueno, si no le dejo una nota... supongo que si...
- Entonces entra, yo escribiré la nota. -Y Nicole lo empujó a entrar hasta obligarlo a darle papel y un bolígrafo, escribió una nota en una hermosa caligrafía, dobló la hoja y la dejó en la mesita de la entrada de la casa de Zack.

De un momento a otro Nicole estaba con una pequeña maleta en su cajuela sacando su auto de la cochera. Zack la esperaba de pie frente a su casa, ella se estacionó, abrió la puerta del copiloto y se asomó.

- ¿Vienes? - preguntó ella ya cambiada.
- ¿Tratas de secuestrarme?
- ¿Te piensas resistir a un secuestro?
- No, la verdad no. - y entró al auto. En cuanto cerró la puerta la chica arrancó a toda velocidad.

Eran las cuatro de la mañana y las calles se sentían solas. El ruido del auto se volvió tres veces más escandaloso gracias a la velocidad y precisión con la que manejaba ella. Sabía que era extraño, parecía que nada ni nadie estaba en su camino, pero no dijo nada. Zack la miraba y sin perderse un movimiento de su cabello. No necesitaba ver el camino para saber que todo iba a estar bien, él ya se había encargado de eso inconscientemente.

- ¿Y a dónde piensas secuestrarme?
- Eso no se dice, podrías huir.
- ¿Y si prometo no huir?
- Tampoco te lo diría. No seas impaciente y déjate secuestrar por mi. - le tomó la mano - estos dos días eres mío... sólo mío.

Zack apretó su mano con la de ella, la levantó hacia sus labios y la besó. Nicole se sintió satisfecha.

Tenía dos cosas en la mente: pasar dos maravillosos días con Zack y alejarse lo antes posible de Daniel antes de que volviera a buscarlos.