septiembre 17, 2010 | By: Lizzye

Soledad acompañada

Nicole se sentía más tranquila después de haber nadado por un rato, pero había desperdiciado tanta energía en ello que era necesario recuperar aliento, después de todo tenía varios días sin saciar su sed.

Salió de su casa arreglada. No fue necesario ir tan lejos de allí, cerca había varios bares en los que los chicos se divertían toda la semana, sólo esperaba encontrar un conductor designado y sobrio. No tenía ganas de probar alcohol involuntariamente.

Fue fácil pasar las cadenas de seguridad. El guarura quedó prendado de ella y con una enorme sonrisa la dejó entrar. Se entretuvo en su tarea, encontrar a alguien lo suficientemente apetitoso.

Varios tipos se acercaron, como abejas que se acercan a la miel. Nicole sólo tenía que escoger uno. No tardo tanto en saber quien era el objetivo. Aquel chico solitario de pelo castaño y ojos marrón llamó su atención. A diferencia de todos, además de sus pectorales perfectos, su estado etílico no estaba en un alto grado.

Se miraba triste, callado y ausente, alejado de si mismo. Nicole se sentó cerca, hacer que se perdiera por ella, divertirse juntos y alimentarse tarea fácil. Se sentó en el banco de al lado.

-Siento importunar. Me preguntaba si sería posible brindar juntos, tal vez la compañía ayude-dijo mirándolo sobre actuando tristeza. Él no disimulo su asombro, la observó como no creyendo que fuera hacia el la charla y volvió a lo suyo.

-Lamento la interrupción.

-¿Enserio es a mí?

- La verdad no veo a nadie más en tu lugar, cuando menos nadie como tú y si consideramos que todos los chicos de aquí se ven del tipo de que solo quieren conquistar y yo no estoy para eso. Deseo olvidarme de lo malo y tu pareces comprender un poco lo que estoy sintiendo ahora. Soledad. Pareces anhelar tanto como yo no sentirla más y simplemente deseas olvidar... bueno además luces más cuerdo-sonrió melancólica.

La miró atentó.-Vaya, parece que en realidad tenemos cosas en común y ambos simplemente queremos pasar un buen momento-directo a la trampa.

La noche transcurrió a gusto entre las quejas de Roberto y las de Nicole de como todo era complicado cuando uno quería algo de verdad y como el porque las cosas más sencillas resultaban más fáciles.

Roberto estaba perdido por ella-Con alguien como tú todo sería más fácil. Lastima de no creer en las cosas serias, porque contigo sé que funcionaria-decía mientras la acompañaba a su auto para resguardarse de la lluvia.

-O tal vez, sería más fácil-lo besó- ... entrar dentro de lo no serio.

El siguiente momento estaban unidos entre besos, caricias y deseo; si sólo eso un deseo de llenar vacíos. Nicole estaba simplemente dejándose llevar por el momento como había hecho siempre, nada más que un simple momento y dejar salir a flote las necesidades que en su vida de humana no eran necesarias, pero que ahora su estado de eternidad le exigían a su cuerpo con una mayor constante. Enterró sus colmillos en su suave piel mientras el seguía disfrutando tan complacido que ni siquiera notaba la succión de sangre de su cuerpo.

Tras unos minutos, Nicole simplemente tuvo que borrar de la memoria de Roberto los últimos momentos y dejarlo con los buenos para alejarse del sitio, no completamente satisfecha. Nunca le había gustado excederse ni dejar victimas a causa de su naturaleza, así que solo tomaba lo necesario.

Llegó a su casa, cuando comenzaba a amanecer así que decidió arreglarse directo para salir a la escuela, no habría clases pero ella tendría ensayo de teatro. A ultima hora el profesor había decidido que lo mejor era hacer spring awakening otro musical que seguir el permitiría resaltar más a sus estrellas resplandecientes como llamaba a sus alumnos. Aunque Nicole sabia la verdad el quería aprovechar más el talento de Nicole acompañado del de Romina para que la función fuera mejor y no tuviese que desperdiciar su talento.

Tuvo que ponerse ropa abrigadora pues afuera seguía cayéndose el cielo, la tormenta parecía que nunca pararía. Subió al auto y cerro automáticamente el zaguán. Sintió una mirada, su horrible vecino estaba cerrando también su zaguán de manera antigua. Simplemente se sentía molesta de solo verlo.

Fingió no mirar la estúpida sonrisa que se dibujo en el rostro de Zack que la hizo molestarse más. Iba a arrancar de golpe cuando se le ocurrió algo. Aceleró el auto y paso sobre ese enorme charco salpicándolo completamente no pudo evitar reír.

Bajó el vidrio mientras se detenía un momento y gritaba-que lindo está el día, hasta ganas de sonreír tengo-comenzó a subir el cristal- Cierto cuídate del aguacero ¡ciao!-le guiñó un ojo y arrancó hacia la gran avenida.

Se sentía tan bien.

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