septiembre 17, 2010 | By: Sabrina Knight

Carreritas

- Aun no debes de salir y menos ir a la escuela.
- Voy a tener que ir algún día, y si no lo hago ahora me va a dar más flojera.
- Pero Zack, no seas terco. Te vas a hacer daño.
- Confía en mí tía - le dio un beso en la frente - todo va a estar bien.
- Pero Zack está lloviendo.
- Regreso al rato tía - y antes de que le pudiera decir más salió de su casa, cerrando el zaguan antes de que su tía lo fuera a regresar.

A él tampoco le gustaba la idea de regresar a la escuela, pero había ya faltado tanto.

Además ese día no iba a la escuela como tal. Había un ensayo de teatro y quería ver a Romina una vez más. Pero antes de seguir pensando en Romina se distrajo con alguien más. Nicole acababa de salir de su casa en su flamate Aston Martin. Zack no pudo evitar dibujar una sonrisa coqueta que evidentemente molestó a Nicole pues ella pasó con su auto y lo empapó con el agua encharcada.

Ella bajó el vidrio

- ¡Qué lindo está el día, hasta ganas de sonreír tengo! - Zack apenas pudo limpiarse el agua del rostro -  Cierto cuídate del aguacero ¡ciao!


Esuchó su risa y observó como se fue acelerando por la avenida. Pero qué demonios le pasaba a esa... loca. Eso no se podía quedar así, ella tendría que pedirle una disculpa.

Se subió al carro y arrancó tan rápido como pudo el motor. Se brincó la primera velocidad y casi de inmediato llegó a la tercera. Estaba a una cuadra para alcanzarla, así que se limpio y la alcanzó. tocó el claxon y ella volteo.

- Pideme una disculpa - le dijo moviendo los labios de más, sabía que ella no lo escucharía si le gritaba.

Pero ella lo miró molesta y arrancó a más velocidad. No tenía la más minima intensión de pedirle una disculpa ni mucho menos.

- ¿Con que si? - era obvio que Nicole también iba a la escuela, así que decidió alcanzarla, ella no lo iba a dejar como estaba nada más porque si. Aceleró y con una gran destreza esquivaba a todos los demás autos que se ponían frente de él.

Nicole aceleraba como loca también. Jamás había visto conducir a alguien con tales reflejos, mucho mejor que algunos corredores de carreras.

- Carreras es lo que quieres - se dijo como si le hablara a ella - carreras es lo que tendrás.

El semaforo delante de ella se puso rojo y se tuvo que detener, lo que le dio oportunidad a Zack de alcanzarla metiendolese a cuanto carro podía. El semaforo se puso verde y de nuevo arrancaron, pero para ese momento Zack ya tenía ventaja. Se hizo a la izquierda, derecha y... de nuevo estaba del lado de Nicole.

Ella lo volteó a ver sorprendida, pero no tardó mucho en mirarlo más que en acelerar de nuevo, sin embargo Zack ya no se quedaba atras. Las cosas habían cambiado, Nicole estaba ahora dos carros atras, y cada que intentaba metersele se ponía otro auto enfrente de ella. Además los semaforos eran un aliado de Zack ya que cada vez que estaba cerca de uno se ponía verde dejandolo pasar como si nada.

La lluvia comenzaba a golpear más fuerte, pero para ellos dos parecía que no existía. Corrian como si la pista fuera para ellos y nadie más los podía alcanzar. Ya no estaban lejos de la escuela. Era hora, los dos sabían que el que llegara primero sería el ganador de su juego. Ambos se metieron por calles tratando de rebasar.

Ese era el último semaforo, 100 metros más y luego la escuela.

Zack miró el semaforo, estaba rojo. No, no podía estar rojo para él... y cambió a verde. Pasó sin problemas, pero ella no debía pasar... cambió a rojo.

Nicole se enfrenó tan de golpe que sus llantas rechinaron. Zack lo escuchó y miró por el retrovisor como el humo salía de sus llantas. No pudo evitar reirse al saberse ganador.

Llegó al estacionamiento con toda la calma del mundo y en el mejor lugar de todos, como siempre. La lluvia azotó con más fuerza y él ahora ya estaba seco y contento. Sabía que le había ganado a Nicole y con ventaja, ella aun no se aparecía. No pudo quitar su sonrisa. Se encaminó al teatro con mejor humor, el mejor humor que había tenido desde hace mucho tiempo.

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