junio 27, 2010 | By: Lizzye

Promesas

Daniel recogió sus cosas y las de su amigo que efectivamente seguían en las gradas y fue por el para acompañarlo hasta su casa.

No le importaba haber perdido el partido era solo una práctica y ya pediría la revancha. Debía existir una manera de estar más cerca de ella. Por otro lado no podía dejar de sentirse culpable por las secuelas que había traido el golpe en la cabeza a su mejor quién parecía aun mareado cuando lo dejo en su casa.

La tía de Zac tenía razón, Daniel jamás había pedirdo un partido hasta el día de hoy, pero lo valia. La distracción más hermosa del mundo se había aparecido como una visión ante su mirada captando todos sus sentidos y no estaba arrepentido de perderse ante ella. Eso lo hacia sentirse más culpable con su amigo.

Se despidió. Llegó a su casa para dejar su auto. Uno de los choferes de su familia tuvo que llevarlo hasta la escuela para que el pudiera regresar el auto de su amigo y después lo llevara a casa. Se sorprendió ilusionado cuando bajo de la camioneta ante la posibilidad de que por azares del destino ella continuara allí. No la vio. De hecho no se topo más que un par de chicas de primero que no paraban de mirarlo y lanzaban risillas bobas.

Decidió apresurarse. En cuanto dejó el auto en casa de su amigo llegó a casa sin poder dejar en ella, ¿qué hacia esa chica con sus sentidos? no le importaba el no los quería así que con todo gusto se los daría.

Romina le armo un gran escandalo en cuanto lo vió entrar en la casa. Que si Zack quedaba mal por su culpa no se lo perdonaría, que era un desconsiderado mal amigo y que todo por sus lios de faldas, porque obviamente llegó hasta sus oidos el chisme de que la chica nueva había estado en las canchas y como no llegar si de lo único que se hablaba era de un tipo golpeado por una bola perdida por el único fallo en la vida de Daniel de la Reguera quien se había distraido casualmente cuando la chica nueva aparecio.

Estaba tan cansado que ignoró a Romina quien seguía gritando aun cuando cerró la puerta. Decidió acostarse temprano, aprovechando no tener tarea. Aunque no podía dejar de pensar en esos ojos verdes, en la sonrisa y en la tonta idea que tenía de haberla perdido de vista unos segundos para verla junto a su amigo y para después verla marcharse. Era una tontería.

El día siguiente Daniel se levantó antes con la firme intensión de ir por su amigo pero Romina se lo prohibió alegando que ella misma se encargaría del asunto y se fue. Por eso llegó temprano al colegio y estaba perfecto podría idear un pretexto para acercarse a ella.

Tal vez si la invitaba a unirse al equipo o le decía que había lugares de la escuela que aún no le mostraba o más fácil si simplemente la invitaba a salir.

-Ciao-murmuró una voz casi angelical a sus espaldas que hubiera reconocido en cualquier parte.

-Nicole-dijo Daniel volteando a ver hacia el sitio de donde salía la voz. Eso fue mucho más que una visión Nicole traía un vestido color miel que la hacia resplndecer aun más y hoy especialmente hoy se veía mucho más guapa que antes, su semblante era tan encantador. Como si fuera posible que el sol la bañara con su luz y la hiciera resplandecer aun más.

Nicole caminó hasta él y beso ambas mejillas. Daniel se perdió en el perfume floral que traía.-Nicole me da gsuto verte.

-Casualidades-sonrió.

Se sentía perdido. Si en ese mismo momento le hubiese pedido su vida se la daría sin pensarlo. Nicole tenía que ser mucho más en su vida que una simple conocida y ahora más que nunca estaba decidido a luchar hasta que ella lo aceptara y con esa manera de mirarlo ahora mismo.

-¿Cómo resulto todo?-recordó la cara de preocupación de Nicole ante la pelota perdida peor aun así no acudió a ayudar seguramente tendría cosas que hacer.

-¿Te refieres a mi amigo? pues bien creo, la verdad su tía quedo de avisarme si algo más pasaba no me ha llamado. Además mi hermana fue por él y de igual manera me hubiera dicho caulquier novedad desfavorecedora.

-¿Tú amigo sufrió heridas?-puso una cara de gran sorpresa-¿De verdad? nisiquiera me he dado cuenta yo me referia más bien a tu partido te veías muy concentrado y por eso no quise interrumpir-sonrió.

-No digas eso, jamás interrumpes, tú menos que nadie lo haces y el partido después de la lesión de Zac tuvimos que suspenderlo debo reconocer que perdí pero ya habrá una revancha y espero que vengas a verme.

-Ha sido una lastima, ojala tu amigo se recupere. Respecto al partido ansio asistir, ahora si me disculpas. Lindo día-parecía llevar prisa derepente.

-¡Espera! ¿nos veremos pronto?-pregunto ansioso.

-Cuenta con ello, ciao-dijo y se marchó. Al siguiente minuto aparecieron Zac y Romina por las escaleras.

Daniel trató de ocultar la alegría que tenía cuando los vió. Él parecía mejor que el día anterior pese a que el dolor no cedia y lo acompañó los siguientes días. A Nicole no la vió en los siguientes días como ella había prometido se preguntaba cómo hacia para esfumarse de una escuela no tan grande como esa.

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