julio 12, 2010 | By: Sabrina Knight

Visiones y sensaciones

Romina no quería golpearlo ¡quería matarlo!

Estaba justo en su clase de apreciación visual cuando le llegó la noticia en el celular:

"Tu hermano falló un encuentro de tenis y golpeó a una persona del público"

No le hubiera dado ninguna importancia, sin embargo algo le llamó la atención causandole curiosidad.

"¿A quién golpeó?"


"Al que siempre lo sigue. Perdón, no me sé su nombre."

No tuvo la menor duda. Era definitivamente Zack el golpeado. Salió en cuanto pudo, pero ya todos se habían ido. Se sintió frustrada, una de las cosas que más odiaba es que la dejaran afuera de las cosas. Pero no tardó mucho en hacerse presente.

Daniel le dijo lo que había sucedido y ella lo regañó por idiota. No podía creer lo que había sucedido y menos la gravedad del impacto en la cabeza de él.

- Mañana yo voy por él.
- Pero yo le dije a su tía que...
- No me interesa lo que hayas dicho. - lo malmiró - voy por él y te callas.
- ¿Desde cuando te interesa tanto su bienestar?
- Desde que se me da la gana - gritó enojada y le azotó la puerta frente a sus narices.

Sin embargo Daniel tenía un buen punto que ella misma no entendía tampoco. ¿Desde cuando le interesaba tanto el bienestar de Zack? ¿Qué no era sólo el chico que la idolatraba y del que ella se beneficiaba?

Bueno, no debía perder a la única persona fiel a ella.

Cuando fue el día siguiente por él a su casa, su tía la recibió más que bienvenida. Aunque Zack pensara que no, sabía muy bien de lo que él sentía por ella, así que apreciaba que ella se preocupara por él. Pero desde que llegó a la colonía de Zack sintió algo extraño, algo la perturbaba y no sabía que era.

Lo averiguaría después.

- Daniel dijo que fue un golpe demasiado certero en el centro de tu cabeza. - Zack asintió apenado - ¿cómo fue que no te diste cuenta que una pelota de tenis iba a tu frente?
- No sé, todo fue muy rápido.
- ¿No es que estabas distraido también? - a Zack le vino una ligera idea a la mente, pero rápidamente negó con la cabeza. El movimiento le dolió y se quejó - ¿Sabes? no me puedes ocultar las cosas. Al menos no a mi.

Le dedicó una sonrisa y él de inmediato tomó de nuevo color jitomate.

Todos los días entre ellos iban descubriendo cosas que no conocían, por ejemplo, Romina supo que la comida favorita de Zack era el espaguetti (y lo único que también sabía cocinar). En tanto que Zack descubrió que el único bicho que no podía ver Romina ni en pinturas era a los alacranes.

- De ahí en fuera te soporto todos los que quieras.
- ¿Por qué los alacranes?
- No sé - ella se quedó pensando - sólo no los soporto.

Romina se la había estado pasando bien. De hecho era la primera vez que trataba a Zack de una forma más humana, no sólo como el que cumplía sus caprichos. Fue como si sintiera que él era su amigo. Y eso para ella era demasiado raro.

Una mañana, mientras iba por Zack, volvió a tener la misma sensación que tuvo el primer día. No pudo evitar voltear para todos lados y tratar de encontrar aquello que la inquietaba. Se acercó a varias puertas de los vecinos que estaban cerca. Algo la llamaba a una en especial, la que se encontraba en la acera de enfrente. Se encamino tratando de no mostrar sospecha alguna, pero justo cuando iba a aquella puerta Zack salió y la llamó.

-¿Sabes quién vive aquí?
- Ni idea - levantó los hombros negando. Romina no podía mostrar más interes por esa puerta. No podía explicarle a Zack lo que presentía. Bueno, ni Zack ni a nadie.

Llegaron a la universidad sin problemas, Romina lo dejó en uno de los pasillos, le dio un beso en la mejilla y se fue a su clase. Llegó al salón y se sentó junto a Estefanía que para ese momento sólo le dirigía las palabras necesarias. Romina aun no perdonaba su insinuación de celos. Jamás se lo perdonaría.

Pero al igual de cómo se enteró del golpe en la cabeza, Romina recibió otro mensaje en un celular.

"Tu hermano está corriendo al hospital"

Romina abrió los ojos y sintió una angustia que jamás había sentido. Rápidamente respondió con otra pregunta:

"¿Qué paso?"


"Su amigo se desmayó en clase, al que le pegó con la pelota de tenis"

Romina ahí sí no lo dudó. Tomó sus cosas y salió del salón tratando de averiguar lo que había sucedido. Tomó su celular y le marcó a Daniel. Él apenas le dijo el hospital al que iba, ambos colgaron con apuración y ella entró a su auto rápidamente.

Empero volteó a la derecha y vio a Nicole parada entre los automoviles. La miraba de una forma muy extraña, como angustiada, Romina intentó ignorarla, arrancó el auto y se dio cuenta de que tenía la misma sensación que en la casa de Zack. Volteó donde estaba Nicole, pero ya no estaba.

Debía de sentarse y analizar las cosas. Todo lo que esa chica había traido a sus vidas, pero no tuvo tiempo, corrió hacia donde estaba Zack. Era más importante que Nicole.

Por ahora.

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