junio 06, 2010 | By: Lizzye

Sonrisa sincera

Nicole cerró los ojos y respiró el profundo aroma.

- ¡Noche, deliciosa noche! Sólo temo que, por ser de noche, no pase todo esto de un delicioso sueño-una voz pronunciando frases de Romeo y Julieta con un tibio acento un poco dudoso de las palabras emitidas. Un timbre de voz agradable que le brindo un momento de paz.

La palabra sueño se quedo en su mente flotando en el aire ¿Sueño? Nicole recordó que no estaba dormida, ni viendo películas, ni escuchando las mentes de personas cercanas y que se suponía estaba sola en toda la casa. Abrió los ojos de golpe. Allí estaba el chico pronunciando frases de su clásico favorito, con los ojos cerrados, como flotando y dejandosé guíar por las palabras y con ese dejo de traquilidad ¡Y estaba bien!

Se metió a su habitación sin pensarselo ni un solo segundo - ¡es una pesadilla, no es él! ¡me estoy volviendo chiflada! ¡no es é!! ¿cómo podría ser él? ¡NON C'É! ¡NON PÚO SERE!-trató de calmarse para escuchar lo que pasaba a fuera no fue tan dificil como creía. Guardo silencio y pudo escuchar como una campanilla al otro lado, puso más de atención, no era una campanilla era un corazón que sonaba a una melodíosa canción, que si se mezclaba con las palabras anteriores eran capacez de dar una paz absoluta y después el sonar de una puerta al cerranse.

Se asomo por la cortina. No podía estar pasando. Su peor pesadilla, lo que más la desesperaba y estresaba en el mundo. Esa persona que tanto la molestaba con su ola presencia, que la había hecho comenter errores vivia justo frente, peor aun su habitación daba como vista justo con la de ella. El destino y sus malas jugadas.

En otra circunstanción hubiera gritado, destruido todo lo que había cerca. La pesadilla del otro lado pero ahora por más que quería hacerlo no fue así. La paz adquirida anteriormente no se lo permitio por alguna razón se sentía tranquila, muchisimo más tranquila que nunca hasta ahora.

El sueño comenzó a invadirla mientras se escondía tras las sombras de las cortinas mirando al otro lado. No se veía nada, pero podía escuchar el tictac del corazón al otro lado. Ese ruido comenzó a arruyarla. Estaba tan cansada. Había sido un día tan largo.

Se acomodo en su cama con último pensamiento "Era afortunado de ser un cabeza dura" y de encontrarse bien después de ese golpe. Sonrió y se dejo perder en su sueño repetitivo en donde alguien ausente la hacia sonreír. Una sonrisa de verdad como hacia años o tal vez unca había tenido una sonrisa sincera sin necesidad de fingir.

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