marzo 25, 2010 | By: Lizzye

Susurros del viento

Respiró hondo y miró a cientos de personas agarrotadas mirandola, aplaudiendo y lanzando vitores al aire, sin embargo a ella por alguna estúpida razón de la que no era conciente buscó sólo una mirada. deseaba saber que era lo que había ocasionado en él escucharla cantar. Sus miradas se cruzaron un par de segundo. Existía und eje de melancolía que cargaba el ambiente.

<>se dijo Nicole, cuando se acercó hasta ella el profesor de teatro y varios chicos extra de la compañía para felicitarla. Los aplausos tardaron un rato en detenerse.

<>pudo escuchar entre todos los presentes esa voz y de nuevo volteó a mirar al tipo x después de todo su voz mental sonaba mucho más fuerte en el aire que la de todos los demás, curioso muy curioso. Volvió a mirarlo intrigada, sí, esa era justo la palabra ese tipo la intrigaba.

Instintivamente al escuchar sus pensamiento y ver que quería sonreírle ella deseo corresponderlé justo en el instanté en que alguien rompió el contacto.

-Hola ¿así qué lo viste?-dijo besando al en ambas mejillas al chico que conoció el día anterior. El chico brinco de felicidad.

-No.no lo he visto pero por fin. Vendré a ver el músical-sonrió.

-Te prometií reunirme contigo, ahora veo que me has encontrado y me da gusto-
sonrió. Fácil, todos los hombres morian por una sonrisa como esa, Nicole lo sabía sus sonrisas naturales eran adoradas por todos.

Nicole volteó para mirar al chico enigmático y se quedó pensativa al no verlo por ningun lado, se había amrchado. Tuvo que disimular que lo buscaba y se molestó con ella, por darse cuenta de la presencia de alguien tan insignificante.

-Cumplir mi promesadijo respondiendo el hilo de pensamientos de su acompañante.


-Y yo la mía ¿me puedes conceder unos instantes? Ya sabes debo hablar con el director-no tenía que pedirlo demasiado era obvio que con los ojos cerrados haría cualquier cosa por ella.

-El papel de la obra escolar no podría ser de nadie más. Las alabanzas y felicitaciones no pararon en todo el recorrido que hizo acompañada de Daniel. La acompañó a su auto gentilmente. Daniel, sí, así se llamaba le caía bien se veía un buen tipo y tal vez podría ayudar a sesar su sed un par de veces, así que, qué mejor que tenerlo de aliado.

Llegó a casa, bajó de su auto y se encerró en su habitación ordenando que nadie la molestara quería estar sola. Puso música clásica en su reproductor dejandosé perder en las melodías del piano. Tenía ganas de descansar y dormir sin soñar, demasiado complicado para ella, siempre soñaba.

Estaba en una playa jugando con caracolas, dos chicos más jugaban entre las olas. Inmediatamente los reconoció. Sucedió mucho tiempo atras cuando sus hermanos y ella pasaban tiempo juntos en las tardes soleadas.

Cuando creía que la felicidad no podías er mayor, una cálidez invadió su pecho y la diversión fue en aumentó. Buscó la mirada hermosa de su amado Gabriel, encargado de hacer los días brillar, sin embargo estaba completamente segura que no era él. Había una ausencia allí. Alguien presente que no se veía, clásico siempre ocurría eso. Las mejores mañanas soleadas, las mejores tardes de diversión y las noches resplandecientemente estrelladas siempre vacias de una presencia extra, que las llenaba de paz y felicidad.

-Vas a tener que soportarme mucho tiempo-dijo cantarinamente sin parar de reír.

-Nunca te libraras de mí-
dijo al oido de Nicole el susurro del viento mientras contemplaba una estrella fugaz.

Nicole abrió los ojos al contemplar los rayos de luna que aun brillaban en lo alto. Cambió su ropa por un camisón largo blanco, caminó hasta sentarse frente al ventanal que daba directo a un balcón y se quedo mirando la luna. Una de las pocas cosas que sabía era más vieja que su propia especie. Recordó el encuentró de miradas del teatro y decidiendo no pensar más en eso se concentró en seguir pensando en la luna y en que su sed podría esperar un par de días más.

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