enero 02, 2012 | By: Sabrina Knight

Detrás del telón.

No era necesario que le dijeran que había arruinado parte del show por hablar de más justo cuando Romina llegó. ¿Pero qué más podía hacer él? Daniel no había dicho que era un secreto y además pensaba que en el momento en que Romina supiera lo que su hermano planeba ella aprobaría la relación por el hecho de ver a su hermoano feliz.

Qué ingenuo.

Ahora lo único que le quedaba era terminar de arreglar el telón. Y era "único" porque a Daniel se le fue el tiempo para pedir juegos artificiales por internet.

- ¡Vamos Zack! No tarda en llegar el club de teatro y esto tiene que estar listo.
- Estaría listo si me ayudaras.
- ¿Por qué siempre te quejas de todo?
- ¿Por qué crees que soy un burro de carga?

Daniel suspiró molesto y sin hacer más berrinche ayudó a Zack.

El profesor de teatro llegó justo en ese momento dando brincos de felicidad.

- ¡Ya viene! ¡Ya viene!
- ¿Está jugando? - preguntó Daniel soltando la cuerda que jaló a Zack.
- Claro que no. Yo vi que venía para acá.
- Demonios, no tengo tiempo de subir. ¿Puedes solo Zack? - Zack apenas pudo estabilizarse para decir que sí. - Gracias amigo, te debo una.
- ¿Una?
- Bueno... ¿quién lleva la cuenta? - le dio una palmada en la espalda y corrió al otro lado del telón.

Zack siguió intentando jalar la cuerda que parecía más oxidada, vieja y dura que la cabeza de todos los profesores juntos. Se le vino algo a la mente, volteó a todos lados y, cuando se dio cuenta de que nadie lo veía, cerró los ojos. En su mente pudo sentir el peso de la cuerda, pero ya no la sentía tan pesada como antes, dio un pequeño jalón y la cuerda, como por arte de magia, lo obedeció. Abrió los ojos y se dio cuenta que podía manipularla a su antojo.

- ¡Genial! - se dijo para si mismo. Cuando llegó al punto que quería ató la cuerda a un lado y fue corriendo al escenario, escuchaba murmullos de gente que, como dijo el maestro de teatro, estaban llegando.

Alzó la mirada y vio a Daniel que estaba bajando las escaleras del tras bambalinas para treparse a una estructura que ellos habían montado.

- ¿Listo?
- ¿Ya llegó Nicole? - Zack hizo a un lado la tela y echó una ojeda - no, aun no.
- Entonces que todo empiece cuando...
- Ya llegó - interrumpió Zack - ¿listo?
- Lo he estado siempre.

Zack suspiró. Daniel podía estar listo para todo, pero a él le causaba tanto nervio salir y hablar. Debía tener confianza. Y eso tendría.

Salió y vio que todos estaban bastante confundidos, el maestro de teatro les decía que se sentaran. Cuando vio a la mayoría sentados, se dio cuenta que Nicole caminaba hasta el frente para ser la primera espectadora. Se miraron a los ojos y Zack sonrió. Lo hacía por su amigo.

- Esto es...
- ¡Más fuerte que no se oyé! - gritaron por atrás y luego siguieron risas.
- Ahm... - Zack tragó saliva - Esto es algo... Es algo para Nicole Benett - dijo con la voz más fuerte y potente que tenía. Apenas miró la cara de asombro de la rubia antes de esconderse tras el telón.
- Deseame suerte - dijo Daniel calentando sus manos.
- No la necesitas...

Zack jaló la cuerda y el telón se abrió.

0 comentarios:

Publicar un comentario