noviembre 26, 2010 | By: Lizzye

Ambientes tranquilos

Nicole se quedo dormida en cuanto toco la almohada. Comenzó a verse con ropa de su época en lo que parecía un picnic, mientras contemplando un lago. Su corazón parecía acelerado, se sentía tan feliz. Platicaba con el viento, aunque era tonto hablar con el viento, sospechaba que debía haber alguien más, porque teniendo una cesta de comida de frente demasiado grande para ella sola.

De repente se levantó y caminó con rumbo al lago. Su felicidad disminuía con cada paso,
-Hora de irme-dijo triste.
-¿Tan pronto? eso significa que no podré terminar porque mi musa se va-dijo la voz triste de un hombre.
Sonrió cuando escuchó un susurro muy cerca. Efectivamente pudo ver que como lo sospechaba no estaba sola, un chico estaba cerca, no podía mirarlo pero sabía que estaba allí.
-Efectivamente, sino queremos problemas con el papá, los hermanos, el prometido y hasta la madrastra-sonrió sin alegría.
-Pero-se acercó y tomó su rostro entre las manos-estoy feliz porque esto sol significa que nos veremos de nuevo pronto… ya sabes para terminar la creación de mi dibujo… quiero decir.
Ella sonrió feliz de oír sus palabras y entonces escuchó un reloj yel rostro y sueño se esfumaron.

Despertó con el tiempo necesario para prepararse para la escuela. Se dio un chapuzón y colocó un vestido sencillo de color rosa pálido, un poco de gloss y el pelo sujeto en una coleta de lado.

Salió de su casa colocándose sus gafas de sol y su bolso. Arrancó el auto a toda velocidad saliendo del fraccionamiento cuando recordó que había dejado su iphone. Ni hablar le tocaría regresar.

Bajó del auto corriendo y volvió en un par de segundos hasta el con el aparato estaba apunto de subir cuando escuchó un grito ahogado, miró en la dirección de la que proveía.

Una bolsa de supermercado echa añicos dejo regar todo por el piso. Nicole se acercó a ayudar. Tomó uno de los productos y lo tendió a la mujer de mirada tierra. Era su vecina.

-Buenos días-dijo ella sonriendo enormemente mirándola atenta.
-Buenos días-agregó Nicole, se quitó los lentes para colocárselos en la cabeza y le sonrió tímidamente y le ayudo a recogerlos.

Sus ojos verdes resplandecientes le recordaba un poco a Zack que tanto la enfadaba pero la señora se veía tan dulce. Tenía poco más de 50 años, era delgada, de piel blanca, las arrugas no lograbas borrar lo guapa que aún era, pelo castaño tirando a rubio y una dulce sonrisa. Sus manos eran otro asunto tenía claramente síntomas de artritis.

-Permítame-dijo saliendo corriendo al auto. Sacó todas las cosas del bolso y corrió de vuelta hasta la señora.
-Espero que baste-sonrió.
-No tienes que molestarte cariño.
-Permítame insistir, va a ser más fácil así.
-Muchas gracias-ambas terminaron de colocar todo en la bolsa.
-Listo.
-Eres muy amable y hermosa. Y yo… bueno te debo una disculpa por no mostrar mi educación cuando llegaste a vivir aquí. Debí ir enseguida a saludarte y darte la bienvenida y ofrecer que cualquier cosa que necesites y este en mí ayudar no dudes en pedirlo, soy tan descortés. Mi justificación es que por una u otra cosa no he podido hacerlo, y en verdad lo siento.

Tantas palabras a la vez, aun así Nicole se sintió agradecida-No se preocupe muchas gracias por sus palabras, también si puedo ayudar en algo no dude pedirlo-le ofreció su mano para saludarla- Soy Nicole.

-Carmen, tú puedes llamarme como quieras y tendrás que aceptarme una comida en manera de disculpa y agradecimiento por lo de ahora.
-Encantada de conocerla y de acompañarla en una comida.
-Ahora, me veré muy preguntona pero tu no eres de aquí verdad.
-Efectivamente, soy italiana.
-Chicas tan linda son hay por aquí.
-Favor que me hace.
-Nada de propiedad conmigo. Favor que me haces Carmen, carmelita como gustes
-Favor que me haces. Cielos la hora no me había dado cuenta debo irme o no llego al colegio. Encantada de conocerte y siento que nuestra presentación sea tan breve.

-No te preocupes la escuela es la escuela. Cuando quieras, esta es tu casa-dijo dejando boquiabierta a su Nicole. La había invitado a pasar a su hogar tan fácil. Eso seria útil tal vez alguna vez, si la obsesión por descubrir la intriga seguía.

Se despidió de ella con un beso en cada mejilla-Cuídate Carmen nos vemos pronto.
-Espero que si, también espero poderte presentar a mi sobrino.

Nicole tuvo que aguantar un gesto de molestia al pensar en él. Se colocó las gafas de nuevo y subió a su auto acelerando de golpe. Algo bueno iba a sacar de todo esto y para su conveniencia.

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