- ¡Señor Mondragón! - le gritaron a Zack casi en el oido. Zack despertó de un brinco y miró completamente pálido al profesor que estaba rojo del coraje. - ¡Salga de mi salón! - ordenó.
- Pero...
- ¡Salga! - ordenó con tanta furia en su voz que Zack sólo pudo tomar su mochila y su cuaderno antes de salir casi corriendo.
Apenas tocó el pasillo Zack se empezó a dar de golpes en la cabeza. ¿Dónde demonios estaban sus pensamientos? Era horrible porque se sentía perdido. Y lo estaba. No dejaba de pensar en el poema que escribiría a Nicole. Sabía que era una estupidez haber aceptado ayudar a Daniel de nuevo, y mucho más para seguir conquistando a Nicole.
Sin embargo había algo que le estaba empezando a preocupar más: la gente se estaba dando cuenta de lo distraído que era en realidad. ¿Y cómo no preocuparle ese hecho si ahora se sentía... vigilado? Antes podía estar en un cuarto, dormirse y nadie jamás se daba cuenta hasta que despertaba y se daba cuenta que lo habían olvidado. Le molestaba, por supuesto, pero estaba tan acostumbrado que ya había aprendido a vivir y aprovecharse de eso. ¿Por qué la gente se estaba dando cuenta de que estaba él ahí?
- ¡Zack! - gritaron por su espalda y él dio un brinco del susto - ¿estás bien?
- Romina... perdón, ando un poco... alterado.
- ¿Por qué? - Zack se encogió de hombros. Romina torció la boca y suspiró. Llevaba todo el día así y sin decirle nada a ella. No quería preocuparse, así que ignoró el hecho. - ¿Sabes qué me pasó hoy?
- ¿Qué? - pregunto Zack y ambos empezaron a caminar por los pasillos de la escuela.
Zack estaba consciente que los hechos habían cambiado. La gente empezaba a voltear a verlo, como si llevara una gran botarga luminosa y escandalosa que hiciera que todos voltearan curiosos a verlo. Se sentía extrañamente intimidado y cada paso procuraba pisar bien, era capaz de tropezar y conseguir que todos se burlaran de él.
¿Y si de nuevo era su locura? Seguramente. Lo más probable es que todos lo voltearan a ver porque Romina iba a su lado y ella siempre era el centro de atención. "Sí, es eso" se dijo para convencerse.
De nuevo le vino a la mente la carta que le escribiría a Nicole. ¿Pero qué le escribiría? Por un lado quería pedirle una disculpa por lo que pasó en la mañana, por otro lado tenía que sonar como Daniel y decir lo enamorado que estaba, pero él no estaba enamorado de ella ¿o si?
- ¿Cómo ves? - dijo Romina en voz alta, de frente suyo, mirándola bastante contenta.
- Maravilloso. - respondió sin saber qué decía.
- ¿En serio? ¿Entonces me quieres acompañar?
- Claro. - Sólo que no sabía a dónde.
- ¡Qué bien! Sabia que nadie más me hubiera querido llevar a mi primer día de stripper en la Zona Rosa.
- ¿Qué? ¿Qué dices? - preguntó confundido - ¿Stripper en la Zona Rosa?
- ¡Vaya! Al fin me pones atención - contestó con un desdén de sarcasmo - ¿Dónde demonios está tu cabeza Zack?
- ¿Por qué lo dices?
- ¿Qué no me escuchas? ¡Llevo no sé cuanto tiempo diciéndote lo que me pasó hoy y lo único que haces es ignorarme!
- ¿Pero porqué te vas a hacer stripper...?
- Zack... era puro sarcasmo e ironía. ¡Dios! - gritó molesta - Es increíble que ni siquiera pueda contar contigo. ¿Sabes qué? Mejor me voy antes de que pierda la paciencia y...
- No, espera Romina. Perdóname es que... no sé dónde está mi cabeza.
- ¿En serio? ¡Vaya, qué cosas!
- En serio, discúlpame. - Romina lo miró a los ojos, suspiró y se encogió de hombros.
- ¿Y qué puede ser tan importante para que estés así?
- Bueno, hoy hablé con Daniel. Parece que recordó que existo.
- Eso sí es una novedad - respondió con el mismo sarcasmo - ¿Y?
- Me pidió un favor y...
- ¿Un favor? - se detuvo - ¿Qué tipo de favor? No, no me digas. ¿Quiere que hagas otro ridículo como el que hizo en el teatro? Por favor dime que no, porque soy capaz de ir y decirle que cuando quiera hacer esa clase de idioteces que las haga él solo y...
- No tiene nada que ver con el teatro...
- Pero sí con su estúpida enamorada ¿no? - Zack asintió - Bueno, ¿qué te pidió?
De pronto Zack no supo qué contestar. ¿Le diría realmente que él le iba a tener que escribir una carta de amor a Nicole? Se pondría histérica, le reclamaría a Daniel y al final no tendría que hacer nada para Nicole. Por un lado eso sonó bastante tentador. Así se libraría de cualquier obligación y se tendría que olvidar de todo, pero...
- Quiere que piense a qué restaurante puede ir con su novia para poder sorprenderla. Creo que van a tener un aniversario, o no sé cómo se diga cuando cumplen meses de novios y...
- Y quiere que tú le hagas la reservación ¿no?
- Sí. - asintió. Romina suspiró muy molesta, trataba de controlarse, odiaba que su hermano ocupara a Zack para sus tonterías amorosas. - no sé, yo no conozco muchos restaurantes elegantes y pues me pareció que nuestra amistad podría regresar si lo ayudaba y...
- Tranquilo, te entiendo. - Zack se sorprendió - Te daré la tarjeta del mejor restaurante al que he ido. Daniel no lo conoce, pero estoy segura que eso controlará sus hormonas de post-adolescente estúpido.
Zack se sorprendió, no sabía qué responderle, y más porque había mentido. Comenzaba la culpabilidad.
- Ya con eso te va a dejar en paz. ¿Qué dices?
- Gracias Romina. - Sonrió. Ella también lo hizo, volteó a ambos lados del pasillo y sin que Zack lo esperara le dio un beso en los labios.
- Tengo una idea.
- ¿Cuál?
- Conozcamos el restaurante que te digo. Hoy tengo que celebrar.
- ¿Por qué?
- Sí me hubieras escuchado lo sabrías. Pero no importa, ahora que tengo tu atención te lo diré: me llegó un correo electrónico. - sacó su iPhone y le mostró - es una carta de la escuela de artes de Nueva York. Quieren hacerme una entrevista para estudiar actuación.
- ¿De verdad? - Romina asintió bastante feliz - ¡Felicidades Romina! Te lo mereces tanto.
- ¡Lo sé! - respondió sin un gramo de humildad - ¿Qué dices? ¿Vamos al restaurante a celebrar?
- Por supuesto. - Romina repitió el procedimiento de buscar a alguien por los pasillos y de nuevo le plantó un ligero beso a Zack.
- ¿Te parece si nos vemos a las 8? Pasas a mi casa y de ahí te llevo.
- Perfecto.
- Muy bien. - ahora sin mirar a ninguna parte le dio otro beso. - Te veo al rato. - Zack asintió. De pronto le vino a la cabeza un pensamiento. - Romina... - ella volteó - ¿Me ves diferente? - Romina asintió. - ¿Qué tengo de diferente?
- No lo sé. Es como si de pronto... no pudiera dejar de verte.
Zack sonrió, ella le mandó un beso de lejos y se encaminó en los pasillos.
El chico se le quedó mirando. Sabía que le había mentido a Romina, pero no se arrepentía, llevaba horas pensando en qué escribir y no perdería la oportunidad de llevarle un anónimo... en nombre de Daniel.
- Querida Nicole... - pensó en voz alta - no entiendo por qué y no quiero saber por qué, pero me traes loco. - asintió - sí, ese es un buen comienzo.
Suspiró sin dejar de pensar y se encaminó hacia el estacionamiento.
Era quien eres, serás quien soy.
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Historia
"Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo."
Jorge Santayana.
Nicole es una vampiresa despreocupada de la vida. Le gusta vivir cómoda y plácidamente, haciendo que los demás hagan lo que sea por ella.
El día que llega a la capital, decide entrar a la universidad para pasar el tiempo.
Nada en su vida cambia, pues aprovecha su belleza y misterio para hacer lo que le place hasta que conoce a Zack, un chico completamente invisible para el mundo.
Pero algo extraño le ocurre, pues es la única que se da cuenta de su existencia además de causar en ella más intrigas de las que jamás nadie le había causado. Es por ello que Nicole se acercara a Daniel (el único amigo de Zack) sólo para averiguar por qué la intriga tanto, tratando de no despertar ninguna sospecha sobre ella o la curiosidad que le da un Don nadie.
Jorge Santayana.
Nicole es una vampiresa despreocupada de la vida. Le gusta vivir cómoda y plácidamente, haciendo que los demás hagan lo que sea por ella.
El día que llega a la capital, decide entrar a la universidad para pasar el tiempo.
Nada en su vida cambia, pues aprovecha su belleza y misterio para hacer lo que le place hasta que conoce a Zack, un chico completamente invisible para el mundo.
Pero algo extraño le ocurre, pues es la única que se da cuenta de su existencia además de causar en ella más intrigas de las que jamás nadie le había causado. Es por ello que Nicole se acercara a Daniel (el único amigo de Zack) sólo para averiguar por qué la intriga tanto, tratando de no despertar ninguna sospecha sobre ella o la curiosidad que le da un Don nadie.
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