septiembre 03, 2012 | By: Sabrina Knight

Diferente

- ¡Señor Mondragón! - le gritaron a Zack casi en el oido. Zack despertó de un brinco y miró completamente pálido al profesor que estaba rojo del coraje. - ¡Salga de mi salón! - ordenó.
- Pero...
- ¡Salga! - ordenó con tanta furia en su voz que Zack sólo pudo tomar su mochila y su cuaderno antes de salir casi corriendo.

Apenas tocó el pasillo Zack se empezó a dar de golpes en la cabeza. ¿Dónde demonios estaban sus pensamientos? Era horrible porque se sentía perdido. Y lo estaba. No dejaba de pensar en el poema que escribiría a Nicole. Sabía que era una estupidez haber aceptado ayudar a Daniel de nuevo, y mucho más para seguir conquistando a Nicole.

Sin embargo había algo que le estaba empezando a preocupar más: la gente se estaba dando cuenta de lo distraído que era en realidad. ¿Y cómo no preocuparle ese hecho si ahora se sentía... vigilado? Antes podía estar en un cuarto, dormirse y nadie jamás se daba cuenta hasta que despertaba y se daba cuenta que lo habían olvidado. Le molestaba, por supuesto, pero estaba tan acostumbrado que ya había aprendido a vivir y aprovecharse de eso. ¿Por qué la gente se estaba dando cuenta de que estaba él ahí?

- ¡Zack! - gritaron por su espalda y él dio un brinco del susto - ¿estás bien?
- Romina... perdón, ando un poco... alterado.
- ¿Por qué? - Zack se encogió de hombros. Romina torció la boca y suspiró. Llevaba todo el día así y sin decirle nada a ella. No quería preocuparse, así que ignoró el hecho. - ¿Sabes qué me pasó hoy?
- ¿Qué? - pregunto Zack y ambos empezaron a caminar por los pasillos de la escuela.

Zack estaba consciente que los hechos habían cambiado. La gente empezaba a voltear a verlo, como si llevara una gran botarga luminosa y escandalosa que hiciera que todos voltearan curiosos a verlo. Se sentía extrañamente intimidado y cada paso procuraba pisar bien, era capaz de tropezar y conseguir que todos se burlaran de él.

¿Y si de nuevo era su locura? Seguramente. Lo más probable es que todos lo voltearan a ver porque Romina iba a su lado y ella siempre era el centro de atención. "Sí, es eso" se dijo para convencerse.

De nuevo le vino a la mente la carta que le escribiría a Nicole. ¿Pero qué le escribiría? Por un lado quería pedirle una disculpa por lo que pasó en la mañana, por otro lado tenía que sonar como Daniel y decir lo enamorado que estaba, pero él no estaba enamorado de ella ¿o si?

- ¿Cómo ves? - dijo Romina en voz alta, de frente suyo, mirándola bastante contenta.
- Maravilloso. - respondió sin saber qué decía.
- ¿En serio? ¿Entonces me quieres acompañar?
- Claro. - Sólo que no sabía a dónde.
- ¡Qué bien! Sabia que nadie más me hubiera querido llevar a mi primer día de stripper en la Zona Rosa.
- ¿Qué? ¿Qué dices? - preguntó confundido - ¿Stripper en la Zona Rosa?
- ¡Vaya! Al fin me pones atención - contestó con un desdén de sarcasmo - ¿Dónde demonios está tu cabeza Zack?
- ¿Por qué lo dices?
- ¿Qué no me escuchas? ¡Llevo no sé cuanto tiempo diciéndote lo que me pasó hoy y lo único que haces es ignorarme!
- ¿Pero porqué te vas a hacer stripper...?
- Zack... era puro sarcasmo e ironía. ¡Dios! - gritó molesta - Es increíble que ni siquiera pueda contar contigo. ¿Sabes qué? Mejor me voy antes de que pierda la paciencia y...
- No, espera Romina. Perdóname es que... no sé dónde está mi cabeza.
- ¿En serio? ¡Vaya, qué cosas!
- En serio, discúlpame. - Romina lo miró a los ojos, suspiró y se encogió de hombros.
- ¿Y qué puede ser tan importante para que estés así?
- Bueno, hoy hablé con Daniel. Parece que recordó que existo.
- Eso sí es una novedad - respondió con el mismo sarcasmo - ¿Y?
- Me pidió un favor y...
- ¿Un favor? - se detuvo - ¿Qué tipo de favor? No, no me digas. ¿Quiere que hagas otro ridículo como el que hizo en el teatro? Por favor dime que no, porque soy capaz de ir y decirle que cuando quiera hacer esa clase de idioteces que las haga él solo y...
- No tiene nada que ver con el teatro...
- Pero sí con su estúpida enamorada ¿no? - Zack asintió - Bueno, ¿qué te pidió?

De pronto Zack no supo qué contestar. ¿Le diría realmente que él le iba a tener que escribir una carta de amor a Nicole? Se pondría histérica, le reclamaría a Daniel y al final no tendría que hacer nada para Nicole. Por un lado eso sonó bastante tentador. Así se libraría de cualquier obligación y se tendría que olvidar de todo, pero...

- Quiere que piense a qué restaurante puede ir con su novia para poder sorprenderla. Creo que van a tener un aniversario, o no sé cómo se diga cuando cumplen meses de novios y...
- Y quiere que tú le hagas la reservación ¿no?
- Sí. - asintió. Romina suspiró muy molesta, trataba de controlarse, odiaba que su hermano ocupara a Zack para sus tonterías amorosas. - no sé, yo no conozco muchos restaurantes elegantes y pues me pareció que nuestra amistad podría regresar si lo ayudaba y...
- Tranquilo, te entiendo. - Zack se sorprendió - Te daré la tarjeta del mejor restaurante al que he ido. Daniel no lo conoce, pero estoy segura que eso controlará sus hormonas de post-adolescente estúpido.

Zack se sorprendió, no sabía qué responderle, y más porque había mentido. Comenzaba la culpabilidad.

- Ya con eso te va a dejar en paz. ¿Qué dices?
- Gracias Romina. - Sonrió. Ella también lo hizo, volteó a ambos lados del pasillo y sin que Zack lo esperara le dio un beso en los labios.
- Tengo una idea.
- ¿Cuál?
- Conozcamos el restaurante que te digo. Hoy tengo que celebrar.
- ¿Por qué?
- Sí me hubieras escuchado lo sabrías. Pero no importa, ahora que tengo tu atención te lo diré: me llegó un correo electrónico. - sacó su iPhone y le mostró - es una carta de la escuela de artes de Nueva York. Quieren hacerme una entrevista para estudiar actuación.
- ¿De verdad? - Romina asintió bastante feliz - ¡Felicidades Romina! Te lo mereces tanto.
- ¡Lo sé! - respondió sin un gramo de humildad - ¿Qué dices? ¿Vamos al restaurante a celebrar?
- Por supuesto. - Romina repitió el procedimiento de buscar a alguien por los pasillos y de nuevo le plantó un ligero beso a Zack.
- ¿Te parece si nos vemos a las 8? Pasas a mi casa y de ahí te llevo.
- Perfecto.
- Muy bien. - ahora sin mirar a ninguna parte le dio otro beso. - Te veo al rato. - Zack asintió. De pronto le vino a la cabeza un pensamiento. - Romina... - ella volteó - ¿Me ves diferente? - Romina asintió. - ¿Qué tengo de diferente?
- No lo sé. Es como si de pronto... no pudiera dejar de verte.

Zack sonrió, ella le mandó un beso de lejos y se encaminó en los pasillos.

El chico se le quedó mirando. Sabía que le había mentido a Romina, pero no se arrepentía, llevaba horas pensando en qué escribir y no perdería la oportunidad de llevarle un anónimo... en nombre de Daniel.

- Querida Nicole... - pensó en voz alta - no entiendo por qué y no quiero saber por qué, pero me traes loco. - asintió - sí, ese es un buen comienzo.

Suspiró sin dejar de pensar y se encaminó hacia el estacionamiento.

0 comentarios:

Publicar un comentario